Mal que nos pese ya se escuhan los últimos compases del verano, ya se ponen en marcha las campañas para Septiembre, ese mes tan desabrido para temas laborales o para levantar las llagas de las asignaturas pendientes, del retorno a la subnormalidad bajo la dictadura del reloj y los atascos.
Es la hora de un crepúsculo anunciado, ciclo reiterado desde tiempos ocultos.
Lo que más repudio del reingreso, en la fase cívica y ordenada, es la vestimenta: vuelta al pantalón largo, la camisa, los zapatos y todo como Dios manda, vamos ni que éste tuviera acciones en los grandes almacenes.
Aparte de la siesta, uno de los mayores placeres del estío consiste en la informalidad total en la indumentaria. También hay quien se arregla para salir a cenar, incluso se coloca el peluco de oro bien a la vista, allá películas.
Que os sea leve la 'rentrée'.
3 comentarios:
Hay quien considera septiembre como un mes más del otoño... Así convierten esa estación en la más larga del año.
a mi tambien me gusta el otoño
Una cosa es la estación meteorológica y otra la parada obligatoria en el andén de las obligaciones.
Saludos.
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