"Este niño no se va a cuajar..." Y, si aún estuviera aquí, estaría orgulloso del que no e iba a cuajar, pero, a pesar de todo, por suerte pudo disfrutarme hasta hace poco... Me vió crecer y madurar...
Desde pequeño ya "marcaba" el camino por el que pasaba gracias a mi simpar sonrisa, siempre en la boca, siempre alegre, o eso es lo que me decían.... quizás fuera verdad, quizás, no... Quiero pensar que no, pues a la par que sonriente, era de lágrima fácil... Cosa, que con el tiempo, por suerte cambió, ahora, a veces, por desgracia, me siento de hielo...
Seguí creciendo, y seguía "siendo feliz" hasta tal punto, que hará seis o siete años, en la academia dónde estaba me pusieron el niño feliz... No sé porqué... jejeje... Y, bueno, ese apodo no traspasó de aquella academia... Porque en realidad no era tan feliz como parecía, lo único que soy es sonriente, aunque cada vez menos... cada vez menos...
Acabé bachillerato, y llegué a la facultad... a esa facultad que quiero acabar algún día... Y a muy resumidas cuentas esta es mi vida, nací, crecí, y siempre tuve una sonrisa en la boca... aunque hoy por hoy, parece que se va tornando en seriedad...
3 comentarios:
Eso es Ley de Vida, amigo. Pero reservémonos el derecho a hacer cosas irracionales de vez en cuando: ese es el vínculo con la niñez.
Una sonrisa es una manera de evitar la infelicidad. Aunque la felicidad no quiera estar 24h.
Gracias a los dos por las palabras...
Publicar un comentario