Lady Sisiak & Delirium Tremens III

A veces, existen personas que se cruzan en nuestras vidas para darnos un mensaje codificado, una enseñanza que nos valdrá para más adelante, porque incluso nuestro peor enemigo, es el mejor maestro, en tanto, ajenos a todo esto, en seguida nos vemos tintando, etiquetando las cosas como amistades, colegas, relaciones que o bien creemos que durarán un largo tiempo o que nos servirán de apoyo en algún momento de desequilibrio y crisis existencial o simplemente, alguien para tomar cañas y salir de parranda de tiempo indefinible. Extraño todo ello, porque a veces nos vemos con sujetos que para nada tienen que ver con nosotros cuando queremos darnos cuenta. Este es el caso de mi amiga Lorena.

-Quiero un amarre- dijo mirándose al espejo, incitando más su escote.

-Sabes que yo no hago de ésas…- me entrecorté absorta en su canalillo- Hija, ¡Qué tetas!

-Sí ¿Verdad? Tres mil euros que me ha costado- intentó darme pena tal vez, pero la inversión, mereció la pena- Quiero un amarre con un folla-amigo.

-Si es un folla-amigo ¿Para qué un amarre?

-Verás es que es un chavalillo y ya sabes lo promiscuos que son los veinteañeros- eso fue un testimonio inverosímil, ella, adicta a los hombres de cuarenta, fiel partícipe de ésa teoría en que los hombres son como el vino, que el tiempo los hace mejores- No quiero tenerle como novio, no por dios… solo quiero tenerle de muleta cuatro veces al mes- el caso estaba en que teníamos la misma edad y a ella, aun le pedían el carnet de identidad cuando iba a comprar alcohol quitándole diez años, por ésa cara de lolita donde aun no había aparecido ni una triste arruga y a mí todo lo contrario me echaban diez años más preguntándome si tenía hijos, así que tal vez eso de follarse a carcamales a punto de usar viagra tenía un efecto relentizador en el tiempo, lo apunté sin dudarlo en mi registro akásico.

-Espérate- dije apurando mi tercio- ¿Me estás diciendo que quieres tirártele una vez a la semana?

-Si claro, haciéndole un hueco perfecto entre el bohemio que no da un palo al agua y al abogado con tres hijos, que por cierto, no veas qué bueno está el mayor…- pronunció con absoluta seguridad. – Viernes uno, sábado otro y los domingos para el tercero

-No es posible, aunque ya te he dicho que…

-¡No me salgas con esas por dios! Te he visto…

-Ni una palabra de ello querida… - interrumpí- todavía me pesa en la conciencia ése trabajo tan oscuro…- y era cierto, yo nunca he hecho un trabajo de magia negra exceptuando en una ocasión que era imposible el pasar de largo.

-Venga anda, que te invito a un par de tiritos guapa- sugirió sacando una papelina de coca; y así era ella, una estudiante que jamás acababa la carrera y se mantenía siendo traficante- ¿O medio tripi recién salido del horno?.

-Los tiros y el medio tripi- abusé- que necesito algo fuerte para digerir mi vida.- partió un tripi, me lo dio y yo lo guarde para ocasiones posteriores, que el combinar me sienta de culo, después ella, tan galante como un puta de lujo –y por sus pintas nadie hubiera dudado de ello- se aposentó en el sofá respetando mi sillón de anfitriona y empezó a trabajar en lo que mejor se la daba: peinar cocaína.

-¿Y que tiene éste yogurcito qué no tengan ni el bohemio ni el abogado?- indagué curiosa.
-Un par de cosas…- me pasó aquella pipa de que cristal que vendían en los grow shop pero que nosotras utilizábamos para esnifar- que tiene una suculenta cuenta corriente y que es escorpio- en ese momento casi desparramo los tiros.

-¡Joder cuantas veces te he dicho que los detalles fuertes no los digas cuando hago algo delicado!- exclamé con ira devastadora- ¡Un escorpio!

Si os cruzáis con un escorpio, amarraros, que vienen curvas: os veréis con un Doctor House en versión pornográfica, y es que no hay nada mejor que un escorpio en la cama, son los folladores del cosmos, los adeptos al sexo sórdido menos sospechado, aquellos que saben utilizar el sadomasoquismo y el sexo oral de la forma más natural del mundo, lejos del morbo retrógrado… y si estáis con uno de ellos y no es así, chavales, siempre está la excepción que confirma la regla. En cuanto al amarre, hecho o no hecho, no os lo desvelaré, no vaya a ser que rompa el mito de Bruja servicial y cambie al de perversa.