domingo, 27 de enero de 2008

Lady Sisiak & Delirium Tremens

Puedo retroceder en el tiempo y asentarme con sosiego ante el escenario de mi película filmada hace ya cuatro años atrás. La evolución de mi persona apenas guarda cambios, tal vez la diferencia sólo se halle en que era algo más inculta en esto del mundo invisible, de ahí es nada, porque prosigo con todas mis inestabilidades, demencias y extravagancias imposibles de sucumbir.

Hacia terapias a mi querido amigo obsesivo-compulsivo, que conocí en uno de mis múltiples ingresos en la planta de psiquiatría en el Gregorio Marañón, treinta años mayor que yo, forrado a más no poder y con una inexistente capacidad espiritual; era un trueque bastante comprensible: él hablaba de sus traumas archiconocidos estancados en su pasado maldito mientras movía la cabeza cual cocaínomano desfasado, -que en realidad, no era más que los efectos secundarios de una mediación intravenosa que le inyectaban cada cierto tiempo- y yo recibía a cambio algo de dinero –por eso de, ¡Caray! Ser mejor que sus psiquiatras- y de paso repasaba teorías existencialistas, dándole razones para vivir cuando yo ya estaba de vuelta en eso de barajar un suicidio.

Estábamos en una de ésas cafeterías caras cercanas a Goya de las que era tan adepto; enseguida llamábamos la atención, bien por la cantidad de humo tabacalero que emanábamos, bien por parecer una relación incestuosa o pedófila, por no olvidar mi indumentaria estrafalaria. Aquel día, había tres sujetos que inevitablemente nos hacían competencia: una chica que bien se aproximaba a mi edad con dos gays que encajaban a la perfección en el canon de activo-pasivo; sus constantes visitas al baño insinuaba un consumo evidente de drogas, más aun cuando la chica en cuestión, iba al aseo de los hombres, ello indicaba que o bien era travesti o que mis sospechas eran ciertas. Otro de los beneficios dignos de mencionar, es que generalmente acababa ebria a más no poder, evidentemente invitaba él por lo cual, en mi mundo significaba que estaba en un antro de barra libre simil o comparación a Miedo y Asco en las Vegas; tal vez por ello me vi con la libertad de actuar de aquella manera:

-Un segundo, voy a saludar a una amiga- me incorporé como pude y me senté en la mesa citada - ¡Eva, cuanto tiempo! ¿Cómo estás?- dije dándola dos besos de judas.

-Ho… hola- a diferencia de lo que muchos de vosotros pensaréis, la chica estaba extrañada con ella misma por no reconocer al individuo agregado a la escena, no por ser omnisciente de ser éste un acoplado sin más.

-Oye…- pronuncié entre murmuros aproximándome a ella y dándola disimuladamente treinta euros- rúlame un tanto.- ella sonrió, actuando con toda la naturalidad del mundo, metió sus manos dentro de su bolso de ilustre imitación y me pasó medio gramo de farla con una tarjeta personal que indicaba su nombre, dirección y número de teléfono.

-Para otras ocasiones, querida- me devolvió el dinero, sorprendentemente y me dio de nuevo dos besos, volví a sí a la mesa con mi amigo para proseguir nuestra terapia.

Lo que yo no sabía es que aquel día había entablado un vínculo exquisito con una traficante glamurosa, pero que a mi pesar, me traería más problemas que una pareja estable.

-Por favor Sisia… Sólo serán unos días.

-Lorena joder… que me estás diciendo que me expropias la casa…- alegué poniéndome un tiro.

-Es mi madre coño, no le entrará en la cabeza como su hija puede permitirse semejante estudio con sólo seiscientos euros al mes.- excusó.- Ni las ropas tan caras, ni la cama de agua redonda, ni tantos espejos ahumados…

-Es tu puto problema nena- seguí negando preparando un nevado- además mira mi casa… hay libros por doquier y un altar pagano… me la llenaréis de energías nocivas, me costará tiempo limpiarla de ellas y ya no venden la ruda así como así…

-Eso se esconde con facilidad- pausó- venga anda… y te doy un par de gramos a cambio… piensa que es un intercambio bastante bueno, hasta te permito que te tires algún amante en mi cama.

-Cosa que tú no vas a hacer en la mía ¿Verdad?

Ahora supongo que entenderéis por qué llevo días sin postear.

3 comentarios:

eigual dijo...

Interesante , a la vez que intenso..

mmmmmmmmm...

saludos

Anónimo dijo...

Ahora que empezamos a conocernos... Parece que escribes sobre la realidad, sobre tus propias experiencias vitales. Eso intento yo muchas veces. Pero te digo que la peña va a su puto rollo y nuestras locuras apenas las comprenden o ni siquiera les interesan. Lo digo, porque al leerte estás diriegiéndote a un grupo selecto de lectores, no sé, quizás me equivoque... A mi me sucede a veces, pero pienso que es una equivocación. últimamente estoy pensando en destruir el blog. En escribir para mi o para las personas involucradas en mis sentimientos. Veo que me anima muchas veces la vanidad o las ganas de contar... ¿Vanidad? claro, sé que tengo una fuerza extraordinaria, pero eso de dejar huella o al menos intentarlo me martiriza. ¿Ganas de contar? Muchas, muchísimas... Quizás por estos motivos me siento un egocéntrico, que en nuestra cultura tienen más bien connotaciones negativas... lucho contra ello, pero te sientes tan sólo e incomunicado que te das cuenta de que vas comprendiendote mejor a ti mismo y de algún modo a los demás al mismo tiempo. Bueno, podría pasarme mucho rato escrbiendote cosas... Nos leemos y cuidate mucho. Besichuelos.

Unknown dijo...

Joder, pues nada ¿La vas a meter en tu casa?

Uff...;-)

Pues esperando la continuación como loca...

Besilius