-Ya te dije reina, que debías de dejar a ése individuo- la conforté mientras la acariciaba el pelo, porque dichosa era en ese instante mi persona, al sentirla tan cercanamente, acurrucada en mi hombro, sugiriendo un centenar de posibilidades románticas.
-Soy lo peor que se puede esperar de una mujer Sisia… y lo sabes- extraño fue el no tener escrúpulos patológicos al ver como se secaba y restregaba las lágrimas en toda la manga de mi camisa, sino todo lo contrario.
-Oh, vamos…- consolé abrazándola más fuerte- No te putees más, se la has devuelto después de tantas… ¡Y encima con un pibe mucho más digno!
-No me digas eso…- murmuró- ahora me tiraré comiendo alcachofa durante siglos y terminaré pareciéndome a la Ortiz…-pausó- todos mis estudios, todos mis esfuerzos se van a la puta mierda porque parece que he dado un braguetazo.
-¿Calzonazo?- corregí incorporándome- además de una falsa anorexia.
-¡Peor aun!- vociferó puerilmente- Acabaré con las rodillas hechas mierda ahí frente al váter vomitando…¡Jooo noo!
-También tienes los laxantes…- abogado del diablo, que lo llaman.- Tranquila amor tu siempre has sido perfecta, créeme- ¿Se lo podía poner más a tiro? Aunque eso no era lo que realmente la preocupaba, lo que sí que era grave es que ya tenía sus rodillas casi virginales hechas añicos ante las últimas noches de pasión con su nuevo amante- Además detrás de una mujer feliz, hay un machista abandonado
-¿Dónde sacaste esa frase tan cutre?- dijo llevándose el protervo fortuna a los labios- Eso es muy fácil de decir cuando no has ido a un colegio de monjas unisexual… Nunca seré feliz
Es lo malo que tenía Judith, con su Júpiter en Piscis en casa cinco, que se veía convertida en una Santa Teresa de los indeseables: expresidiarios, expolitoxicómanos, exalcohólicos, ex de un todo evasivo a falta de soportar la vida, llegando incluso a darles más importancia que su propia vida, culpándose por dejarlos… ahora entenderán el porqué de nuestra amistad… sin embargo, ¿Hay acaso lugar de una felicidad auténtica que ella esperaba? El cuarzo verde con el ágata por un lado y la acacia, el abrótano macho y el archiconocido romero, por otro, eran la solución mediocre que podía ofrecer noche posterior a la luna nueva.
4 comentarios:
!!!!mú bueno txitxi!!!!...producción!producción!más producción! :-)
Mmmm...Me gusta esta historia, quiero mássssssss.
Lorenita debía de dejar de preocuparse tanto por los hombres y la vida le ira muuucho mejor, eso sin duda.
Pero bueno la historia se esta poniendo interesante, al menos a mi me gustaaaaaaaaa.
Besos guapa!!
Hey Sergio ...Si ves este mensaje o cualquiera d los administradores a ver si me pueden ayudar con la maquetación de esta entrada que se me descuajeringa...O como se diga
Existen 3 tipos de personas: las ke saben contar y las ke no.
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