Año nuevo, vida nueva, así muchos de los seres que conformamos éste planeta nos envalentamos hace ya once días, para plantar cara a diversas escenas embarazosas de nuestras existencias; sin embargo, no somos conscientes que, para empezar algo nuevo, debemos concluir lo viejo y no dejarlo a medias, pues volverá constantemente a nuestro día a día hasta consumir nuestras fuerzas, convirtiéndonos en personajes avaros y malditos, siendo víctimas del insomnio de nuestra propia trampa inacabada…
Me miraba fijamente, esperando algo que yo no podría darla, como si acaso mi humilde persona fuese un ente divino que la Diosa otorgó en éste laberinto.
-¿Nada más?- me preguntó ansiosamente por segunda vez.
Ahí estaban, un cinco y un tres de espadas que anunciaban una eminente ruptura, pero había un apuesto caballero de copas para alegrar la escena como antecedente, no iba a estar sola, pero me callé esta segunda parte dado que sólo se me da bien anunciar los acontecimientos indeseables, cabrona, me dirán algunos, pero que tu círculo de amistades te exploten como objeto para predecir lo que ocurrirá en breve tiempo, no es plato de gusto, además, bastante estaba haciendo en no cobrarla…Sin embargo, yo no había intuido que, dos días más tarde, cuando ya andaba bajos los efectos de mi ritual de cervezas y somníferos de bajo calibre, iba a ser interrumpida descaradamente por la misma persona.
-Todavía no le has dejado ¿Verdad?- pronuncié con voz de clochard, apoyándome como buenamente podía en el marco de la puerta.
-Necesito que me lo eches otra vez – y evidentemente no se refería a que echáramos un polvo, como me hubiese gustado- ¿Qué hago?- preguntó sin más
-No me digas- entoné con seriedad pero con la misma fragilidad que un yonki recién chutado en los paraísos de la otra esquina- has conocido un pibe que está buenísimo, que tiene un magnetismo de la ostia y tiene pinta de romántico pero que seguro que en la cama le va un pelín el sadomaso
-¡Quítate esa voz de puta barata por Dios!-exigió-¡Tíaaaaa! ¿Cómo lo sabes?- preguntó después infantilmente
-Me lo han dicho…
-Si bueno, déjate de locuras y saca ésas cartas… ¿Qué hago con Luis?- el cambio tan brusco de tonalidades me dio que pensar, tal vez mi colega estaba más zumbada que yo y eso era inadmisible, aquí la limítrofe de personalidad, la que se chutaba prozac todas las mañanas y la que tenía inestabilidad emocional era yo y no ella, aunque tal vez lo toleraría si no fuese la misma enfermedad, porque de lo contrario sería como ver a otra mujer con tu mismo vestido en fin de año.
-Chica, si no fuese por el karma te diría que le pusieses los cuernos, pero ya sabes… ¿Qué te hace pensar que éste pibe quiere algo estable contigo y no un simple polvo?
Y ella enmudeció, no había caído en ello, aunque aseguro que incluso se atrevería a cambiar por una noche de idilio aquella tormentosa relación que llevaba arrastrando años; en tanto yo barajaba las cartas, concentrada en el rostro de un tío que no conocía, visualizándoles como una relación que tal vez ni siquiera existiría y elevándome a un mundo invisible tan exquisito y hermoso del que no quería salir en vida.
El resultado buscadlo vosotros mismos, fue un diez de varas con los amantes y el diez de copas, pero por lo que a mí me consta, aun no ha vuelto a buscarme en mitad de una oscura tarde de invierno.
2 comentarios:
cuentameeeeeeeeeeeeeeeeeeeee..ke io de cartas no se nada!! no kiero kedarme sin el final de la historia..volvereeeeeeee capito??
Ja,ja,ja...Genial también te doy otr 9,5.
A ver si actualizas prontitooooooooooooooo
Besossssssssssssssss guapaaaaaaaaa
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