Estamos en tiempos donde cobra fuerza la idea de la aldea global, del mundo homogeneo, automático y aséptico donde todas las ovejas sean cortadas, casi "a la carta" por el mismo patrón. ¿Quiere un hijo moreno, rubio, alto, bajo, guapo o feo?, que más da. No pasará, con un 70% de posibilidad, de ser uno más del cobarde rebaño. Eso sí, más estético. ¿Somos libres por un mundo dónde "democráticamente" tenemos el derecho a votar? ¿O tal vez será un avance en la calidad de vida extraordinario el ser microchipados como perros en pos de un mayor cuidado y menos colas en la seguridad social?. Pues mucha gente pensará que sí. Yo ni lo uno ni lo otro, afortunadamente me he salido del circo del voto hace muchos años...y de verdad prefiero seguir siendo "más salvaje" que un refinado hombre de última generación. ¿Qué le vamos a hacer?
Comer la misma mierda, tener una misma cultura, un mismo sistema político, una misma religión y un mismo sistema económico de dinero de plástico. Buen ejemplo de progreso. Pero claro, todo bajo la ilusión de libertad y democracia. ¡¡¡Por favor!!!
Ahí tenemos la idea de un mundo global, para mi, nada apetecible. Sin embargo si que soy firme partidario de otro tipo de globalizaciones. Las de las ideas, sea en uno u otro campo. La búsqueda de nexo de conexión entre los elementos más dispares, que siempre las hay. Es un trabajo ardúo pero al final, reconfortante. A medida que se unen cosas, muchísimas más se añaden automáticamente, y aumentan la red ideológica global en proporciones inimaginables. De menor a mayor hasta que todo lo que uno sabe o vive es uno. A la pregunta ¿que tiene que ver esto con lo otro?, si miras ya sea en superficie o ya sea un poco más profundo aparece la mayoría de las veces un nexo común. Todo está conectado. Muchas veces de forma más íntima de lo que aparentemente creemos. Basar la existencia en unos cuantos pedazos fragmentados de la realidad cotidiana es lo que proporciona una situación ficticia de seguridad y, por supuesto, una visión borrosa del entorno. Así nos alarmanos cuando algo que aparentemente nos queda muy lejos salpica a las puertas de nuestras propias casas... así nos va y así va el mundo. Goblalizar, sí. Pero la cabeza, no el planeta.
domingo, 27 de enero de 2008
Globalizaciones.
Etiquetas: Escritos Álvaro
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1 comentario:
Si, es una ardua tarea como bien dices. Y no todos quieres hacerlo.
Hay gente que le cuesta pensar sobre estas cosas, las aceotan, se unen, se adptan o como quieras verlo y siguen tan felices.
De todos modos, hay quie ser conscientes de esto, pero a la vez intentar sufrir lo mínimo.
Yo dejaría mi voto en blanco , pero tengo tanto miedo de que salga el PP, que pienso votar a PSOE, en fín... La gente del PSOE es de la que no vota,si no es por algo como lo del 11-M, veremos a ver que pasa.
Es un tema a dialogar, de reflexión pero muchos simplemente ignoran.
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