En la luz mortecina, como la que atraviesa con dificultad las nubes mientras escribo.
En la lluvia, abundante y fina, como la que cae más allá de los cristales.
Plazas, caminos, calles,
aceras, muros, soportales,
"¿Cómo puede llover tanto?" pienso, mirando una piracanta de bayas color naranja.
Los pies mojados por los zapatos rajados por la suela, que no han llegado a la primavera.
Ovejas, setos, plantas ornamentales,
bosques cerrados y prados cercados.
tapias, verjas, bancos y cadáveres (de banco).
frutos y frutales,
Escaleras empinadas de piedra renegrida.
Rincones muy cuidados,
y edificios arruinados entregados a las zarzas, huellas del tiempo que pasa.