miércoles, 13 de febrero de 2008

Lady Sisiak & Delirum Tremens XV

Era fácil entrar en el estado cero, ése punto de simil o comparación con el de duerme-vela donde ni estás despierta ni dormida, ni viva ni muerta, solo presente en otro mundo, en otra esfera, en otro plano; se te abren las puertas y alcanzas a visitar lugares insospechados. Un orfidal con tres voll-dam y todo resuelto. Puedes mearte encima, también darte golpes, caerte, pues nada ocurre en ése instante realmente en tu cuerpo, porque formas parte de una dimisión en la cual nada de eso se siente ni padece, simplemente levitas.


Estaba con ésa colega mía que años atrás murió de sobredosis en una noche de verano, curiosamente, el mismo año que me ingresaron en el psiquiátrico por primera vez; todo era muy bucólico a decir verdad, nos encontrábamos en un jardín, sentadas en unos escalones, hacia un sol radiante para ser las ultimas horas de la tarde… hablábamos de nuestras perrerías varias, de nuestras hazañas con los hombres, de nuestras tribulaciones cotidianas; a Esther de vez en cuando le daban autismos varios, permanecía en silencio, absorta, ensimismada, partícipe y única en su galaxia a la cual yo no podía acceder; no sabía porqué, pero eso me preocupaba bastante, no lo tenía como habitual en ella, nunca la había visto de ésa manera, fue entonces, cuando se me empezaron a caer los dientes, sin haber recibido ningún golpe, no me importaba ello por la estética pero sí, por no poder comer más tarde alimentos duros… Fuimos a la Plaza, había un concierto unas horas más tarde, había muy poca gente por el escenario y en el mismo lugar donde se celebraba; yo había quedado con un amigo y Esther se había pirado a pillar un gramo dado que tenía mono, de nuevo otros dientes se cayeron; cuando apareció mi colega, apenas reconocía su rostro, era como si su cuerpo se hubiese insertado en otro, no sé, pero sabía que era él; le pedí disculpas por mi aspecto, mis dientes ausentes y los pocos que quedaban putrefactos por las drogas, apenas snagraban, le pedí ayuda incesantemente. Él, me cogió del brazo, me llevó al escenario, donde estaba montado todo el tinglado acústico y visual, buscando algo y alguien que nos echara una mano. Me dieron agua oxigenada que apenas sirvió de algo.

Habíamos quedado a eso de las nueve de nuevo en Callao, esta vez fui puntual y a diferencia de la otra ocasión, me lo tomé con filosofía, no me anduve ni con rodeos, ni con mentalizaciones varias de cómo ocultar mis defectos ni nada parecido, me conciencié de ser yo misma. Reconozco de tener un día extraño, se me había olvidado comer, me había tirado escribiendo y leyendo toda la jornada diurna y cuando me quise dar cuenta, ya eran las ocho y tenía que arreglarme y salir. Rezaba a la Diosa por no encontrarme ni con amistades ni con examantes, rogaba para que todo fuese bien, aunque aquello por un lado me resultaba indiferente pero por otro de gran importancia, puesto que extrañamente, aquel Escorpio Veinteañero se había colado en mi existencia de forma inusual –o yo le introduje en ella- dándole una importancia que no se merecía, ¿Qué más daba cuando sabía que iba a pasar sin pena ni gloria por mi vida? Al igual que otros, era consciente que, en el caso de que la cosa funcionase correctamente, el amor, la felicidad, el bienestar de unos momentos, se iba a convertir en el infinito sufrimiento, lo tenía más que comprobado, las cosas en mi mundo marchaban a ése ritmo.


-¿Eres tú?- me preguntó aquel joven de mirada escalofriante, aquel joven de complexión perfecta, de aquel joven con cuyo rostro me había topado el día anterior bajo los efectos del orfidal y tres voll-dam.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Pues si se te caen los dientes hay que hacer dos cosas:

Ejem...

POnerse unos y dejar lo que haga que se te caigan ...Aunuque si es Piorrea ,a ver que haces

;-)

Anónimo dijo...

Me molan tus historias. Enganchan. Pero siempre hablas de ti misma y de tus experiencias personales. No sé, quizás a veces haya que tratar de ser algo más universales. Pero que ya te digo, que me parece de puta madre que escribas lo que quieras y lo que sientas. Lo que no comprendo es como la peña te deja tan pocos comentarios. Yo creo que ni se preocupan de leerte o cuanto menos de escribirte alguna cosilla, por mínima que sea. Yo podría currarmelo, comentandote cosas y anécdotas, incluso haciendo objeto de crítica y observación contemplando que cometes algunas faltas ortográficas y gramaticales. No olvidemos que es importante a la hora de escribir, casi tanto como el contar y el decir. Lo dicho, una historia de puta madre que parece que va por capítulos. A mi me encanta tu narrativa y tienes ese toque místico y underground que me chifla. Besitos y nos leemos cuidadosamente y más tarde.

*LaDy SiSiaK* dijo...

son los ultimos post cuando he empezado a hablar de los acontecimientos del personaje de Sisia, perrillo infame, advierto que no es la misma Sisia que escribe akí jajjaja no sé por qué, pero tienes razón, he pasado de una primera persona observadora a una primera persona narradora de su vida... en cuanto a que la peña me escriba o no...psss no sé, es lo que tengo, me tendré que tirar a Rafa para tener más fans jajajjaja COÑA ESO HA SIDO UNA COÑA SIN PRECEDENTES

jajjajaja MAri Lunis, recuerdo una colega de mi madre que, tuvo piorrea... también me acuerdo del grupo piorrea! y entre recuerdos y recuerdos, recuerdo que eso de ahí arriba era un sueño

MAUK!

Unknown dijo...

Js,ja,ja...Pues ¿Sabés que significa verdad?

Si, lo sabes.

Besitos